UN
DÍA COMO HOY MURIÓ CAAMAÑO
Francisco Alberto
Caamaño Deñó —nacido un 11 de junio de 1932 y fusilado el 16 de febrero de 1973—
fue un militar que ocupó provisionalmente la presidencia de la Rep. Dominicana,
en representación de los más legítimos intereses del pueblo dominicano, en la
denominada Guerra de Abril de 1965, provocada por la segunda intervención
yanqui al país.
El día 3 de febrero de
1973 él y ocho hombres más desembarcaron en Playa Caracoles, al sur
del país, erigiéndose en un frente guerrillero que traía la intención de
derrocar al gobierno continuista y antidemocrático del Dr. Joaquín Balaguer.
Con la muerte del
coronel Caamaño (fusilado el 16/02/73 luego de ser capturado con su rifle averiado
y sin municiones a la tierna edad de 41 años) desapareció la última esperanza democrática
de la Rep. Dominicana y una de sus figuras más emblemáticas.
El coronel Caamaño fue
el héroe que restauró la libertad y soberanía de la Nación Dominicana frente a
las tropas interventoras yanquis, por tanto, es considerado como unas de las
más importantes figuras patrióticas nacionales.
En su lucha esgrimió
los ideales de los Padres de la Patria, de Gregorio Luperón y de los demás héroes
restauradores.
He aquí mi pequeño
homenaje versificado a ese gran titán de la democracia, de la libertad del ser
humano y, más aún, de la dominicanidad.
CAAMAÑO EN LAS MONTAÑAS
En aquel día inescrutable,
en que Caamaño pereció
bajo el estrepitoso fragor
de los fusiles que, con su
criminal tableteo de muerte
y desolación, rugían entre
las montañas ocoeñas,
la boreal aurora de la Patria
ensombreció, muy triste,
lúgubre y luctuosamente,
y la libertad, con su faz
avergonzada, decidió
ausentarse, de una vez
y para siempre, de entre
los imperialmente colonizados
confines que demarcan
a la bella isla de Quisqueya;
negándose a volver allí jamás,
hasta que la verdadera democracia,
refulgiendo cual la más radiante
estrella,
no florezca, nueva vez, ardiente,
cual crisol
y valiente, como un héroe, sobre
ella.
Y así, de tan inmenso, sería el tamaño
de su homenaje a Caamaño.
Y así, de tan inmenso, sería el tamaño
de su homenaje a Caamaño.
Autor: Rodolfo Cuevas©:
23/10/2009;
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