miércoles, 10 de diciembre de 2014

EPIDEMIA NAVIDEÑA (microrrelato)

Este relato navideño está dedicado, desde lo más profundo de mi alma, a tod@s mis parientes, amig@s y demás relacionad@s, deseándole tengan tod@s unas muy felices fiestas navideñas y un próspero y muy venturoso Año Nuevo, en este 2015 que pronto iniciará. Así que, desde Rep. Dominicana, Feliz Navidad y muy Venturoso Año 2015.


EPIDEMIA NAVIDEÑA (microrrelato)
Jaimito soñó que estábamos en Navidad y, en su soñar, escuchó al Espíritu de la Navidad que le decía: «Jaimito, como ésta es época de Navidad, puedes pedir un deseo y éste se te concederá.» «¡Ooohhh, que bien!», dijo Jaimito y, acto seguido, añadió: «Pues, en esta Navidad, yo deseo que una gran epidemia afecte a la humanidad...» «Epidemia no, Jaimito», le hizo saber, algo resondrón, el Espíritu de la Navidad, argumentándole: «Ésta es una época de bondad y, por tanto, no debemos desear maldad a nadie.» «No, pero... yo no quería causar maldad a nadie, sino tan sólo una gran epidemia para la Navidad», rispotó Jaimito en tanto que llorisqueaba. Razón por la que, el Espíritu de la Navidad, un tanto compungido, le interrogó: «Pero… explícate mejor, Jaimito, ¿una gran epidemia de qué es lo que deseas a la humanidad?» A lo cual Jaimito —quien había nacido afectado por el Síndrome de Down—, respondió con la más amplia y luminosa de todas sus sonrisas: «Una gran epidemia de amor, solidaridad y esperanzas es lo que deseo para toda la humanidad, en ésta y en toda otra Navidad.» Y, casi casi al despertar de tan hermoso sueño, Jaimito (en señal de aprobación a su hermosa petición), oyó musitar, al Espíritu de la Navidad un profundo: «¡Ooohhh, pero qué bieeennn!»

Autor: Rodolfo de Jesús Cuevas©:08/12/2014;
todos los derechos reservados por la Ley 65-00.

domingo, 17 de agosto de 2014

DIÁLOGO OBRERO-PATRONAL (Microrrelato)




DIÁLOGO  OBRERO-PATRONAL  (Microrrelato)

—Señor —decía un obrero a su patrón—, yo siendo usted sonreiría mucho más a menudo.
—¡Ajá! —inquirió el patrón—: ¿Y por qué razón lo haría usted así?
Cuestionamiento éste al cual el obrero contestó diciéndole:
—Sucede, patroncito, que usted tan sólo es ciertamente humano mientras sonríe.

Autor: Rodolfo de Jesús Cuevas©:16/08/2014;
todos los derechos reservados, Ley 65-00.

viernes, 11 de julio de 2014

ATAVIADO DE AMOR (Microrrelato)





ATAVIADO DE AMOR
(Microrrelato)


Cierto día en que conversaba con un joven, de ésos que los pensadores solemos llamar víctimas de la moda —fashion victims les denominan los Mass media—, me aconsejaba éste sobre la pertinencia de cambiar mi clásico y anticuado estilo de vestir (según su parecer, anquilosado en el siglo XIX o XVIII) por un estilo un poco más moderno y vanguardista. A seguida, pasó a demostrarme los caras y modernas que (siempre de acuerdo con él) eran sus muy actualizadas vestiduras. Así fue señalándome, diseñador, precio, estilo y hasta tienda en que había comprado él las horrorosas (claro que para mí) vestimentas que adornaban su esquelética anatomía. Yo, con ganas de reír —por respeto al sujeto no lo hice—, tan sólo esbocé una sutil sonrisa y, acto seguido, le dije: «Pues, oye y observa bien, te revelaré, amigo, que yo, en mi clásico estilo de vestir, y sin pedir nada a nadie, siempre ando ataviado del más puro amor. Por ejemplo: ves estos zapatos que hoy cubren mi pies, fueron comprados para mí por un amigo en la Quinta avenida de Nueva York; este hermoso pantalón fue un regalo de una hermana que lo adquirió en aquella misma ciudad; esta hermosa camisa es también un caro obsequio de otra hermana que, igualmente, reside allí en la Gran Manzana; en tanto que, un sobrino, me envío a través de su madre, esta preciosa chaqueta azul que hoy luzco; la corbata (te gusta mi corbata, ¿verdad que sí?), es un regalo especial de una de mis preciosas sobrinas; en tanto que, el reloj que hoy exhibo en mi muñeca izquierda, me lo regaló mi querido padre; la vida, como tú bien sabes, es un regalo de la Suprema razón de Ser, venida a través de mi madre y mi padre; mas, para no cansarte el cuento, te diré que hasta mis interiores, mi perfume, mi correa, mi pañuelo, mi cartera, el pisa-corbata e incluso este costoso lapicero que hoy llevo en el bolsillo de mi camisa, son todos amorosos obsequios, comprados con muy inmensos afectos y pensando en mí, por ell@s (mis herman@s, sobrin@s, cuñad@s, amig@s y hasta admiradoras y admiradores). Creo que con esto ya ha sido más que suficiente para poder demostrarte que, más que de fastuosas, fachosas, caras y ridículas vestimentas que sólo me harían ser víctima de un exiguo momento de la moda, yo siempre ando ataviado del más puro y grande amor.»

P.D.
Utilizo este breve relato para dar gracias a tod@s aquell@s que, de vez en cuando (que es muuuuyyyyyy a menudo) me llenan de amor con sus valiosos, apreciados y siempre bien recibidos obsequios y reconocimientos. Se les quiere y gracias del alma, pues, por su cariño.

Autor: Rodolfo de Jesús Cuevas; 29/04/2014 
todos los derechos reservados, ley 65-00.

martes, 20 de mayo de 2014

NOTAS CRÍTICAS SOBRE LA EXPOSICIÓN PICTÓRICA OBRAS RECIENTES DE LOS MAESTROS RUBÉN GONZA Y ROLANDO MANCEBO

NOTAS CRÍTICAS SOBRE LA EXPOSICIÓN PICTÓRICA 
OBRAS RECIENTES, DE LOS MAESTROS RUBÉN GONZA 
Y ROLANDO MANCEBO, EXPUESTA EN EL COLEGIO 
DE ARTISTAS PLÁSTICOS (CODAP), CALLE EL CONDE 
ESQ. ISABEL LA CATÓLICA; ZONA COLONIAL
DEL 15 DE MAYO AL 15 DE JUNIO 2014


Rubén Gonza, Obras Recientes


El arte, como el vino que mejora con el tiempo, es un oficio en que se precisa de experiencia y Rubén Gonza es un consagrado a él, por eso su calidad y prestigio aumentan cónsono a su entrega y dedicación. Y si —a propósito de tiempo— analizamos aquí aquella frase en que Wassily Kandinsky argüía que «el arte va más allá de su tiempo y lleva en él parte del futuro», entonces deberíamos enfocar, con criterios de catadores entusiastas, el policromo porvenir que, henchido de cálidos y multicoloridos matices, nos brinda, en los impresionantes trabajos de su muestra Obras Recientes, este virtuoso creador de auténticas poesías visuales.
Sí, porque eso es, precisamente, lo que acostumbra a plasmar Rubén Gonza en sus lienzos: genuinos poemas visuales. Y es a esas poéticas sensorialidades —que de forma natural emergen de entre la colorida luminiscencia de su paleta— que él nos ha habituado. Es decir, con su original estilo pictórico, Rubén, nos tiene acostumbrado ya a disfrutar de esa luz vigorosa que emerge con impetuosa voluptuosidad de cada uno de sus bien pensados trazos. Habituado nos tiene, pues, a aspirar esa ubérrima calidez que surge del entorno existencial en que él mismo vive, se desenvuelve y… hasta… pinta. Y es que, ciertamente, Rubén Gonza, nos ha guiado siempre a respirar ese tórrido e irresistible entorno ambiental en que nos muestra flores, frutas, forestas, florestas, mercados, marchantas, niños y demás entes sociales envueltos en la diaria cotidianidad de su vivir. Y, en esta ocasión, gracias a la cultivada maestría de su oficio, Gonza, no nos decepciona; pues aquí, en Obras Recientes, él mantiene completamente intacta la regia calidad, calidez y movilidad de su arte y, lo que es aún mejor, las incrementa, pues cada vez se aprecia mucho más luz, color y movimiento en sus pinturas.
Con esta muestra, Gonza, ha superado sus anteriores exposiciones: Color y movimientos, Ambiente tropical, Cotidianidades, Muchedumbre e Impresiones, pues en ésta, no tan sólo nos impacta y sobrecoge desde un principio, sino que también nos aprehende en esa vegetal maraña tropical que construye en cada uno de sus lienzos. En los cuales percibimos que, con suma habilidad pictórica, el artista opta por brindarnos esos regios primeros planos compuestos de primaverales figuraciones medioambientales en donde se destacan, de forma extraordinaria, esas luminosas gamas tonales propias de la feraz campiña dominicana, como vemos sucede en obras tales como: Salida del Sol, Mañana soleada y Sol y viento, ante las que nos confrontamos con gráciles reverberaciones forjadas por el intenso fulgor del astro rey sobre la vegetación circundante.
Estos fabulosos close-up o primeros planos medioambientales, son trabajados a conciencia por Rubén Gonza con la magistral destreza con que un excelente orfebre teje y entreteje cada una de sus delicadas joyas, cuestión ésta que podemos apreciar con nitidez en lienzos tales como: Paisaje con hoja de plátano, Hojas de matorrales con plátano y Huerto. Y es allí, amigos —en el manejo taumatúrgico que él confiere a esa preciosa orfebrería visual—, en donde anida la razón única por la cual todos nos quedamos hoy agradablemente deslumbrados al visualizar el novedoso sendero pictórico hacia el cual este superbo artista de la luz, del dibujo y del color ha hecho evolucionar su impronta. Desde antaño, se dice que una imagen vale más que mil palabras, lo cual nos indica que con el solo hecho de posar nuestras anhelantes miradas sobre obras tan bellas e impresionantes como: Floresta, Verano, Primavera y Paisaje baldío estaremos comprendiendo, y confirmando aún mejor, todo eso que aquí hemos señalado. Así que, sin una palabra más que añadir, señores, disfrutemos, pues, con exquisita delectación, de las más recientes obras expuestas aquí por el maestro Gonza.
Rodolfo de Jesús Cuevas
(Pintor y escritor), 15/05/ 2014.

Rolando Mancebo, Obras Recientes



Pintar es, sin lugar a dudas,  un profundo  acto de introspección personal y es por medio de ésta que el artista logra penetrar en sí mismo a fin de poder hollar en su interior hasta conseguir aquella veta áurea que, luego de ser trabajada a conciencia, le permitirá, cual si fuera él un minero del arte, plasmar sobre las vírgenes superficies de sus telas el conjunto de sus más obsesionantes ideas. En tal virtud, el hacedor de arte se propone —lo mismo que un concertista a través de su musical instrumento— expresar y comunicar sus ideas a partir de trazos y pinceladas que, poco a poco, se transforman en una singular sonata (sea ésta lírica o poética) conceptualmente formulada.
Por tal motivo, el placentero hecho de detenerse a observar una por una las obras que, en esta ocasión, nos presenta el artista plástico Rolando Mancebo en su exposición Obras Recientes, es cuasi similar a asistir a un bien estructurado concierto sinfónico, magistralmente ejecutado por una banda de inmejorables músicos, esto con la sutil diferencia que, en vez de escuchar los arpégicos sonidos que de tal armonía emergen, percibiremos, en cambio, el extraordinario torrente visual que, a través de un limpio y bien aplicado colorido, tal artista ha logrado entretejer en cada una de sus impresionantes pinturas. Dicho asunto nos permitirá que, provenientes de los matices visuales que brotan de entre sus bien trabajado lienzos, podamos disfrutar, de esas pictóricas partituras que, muy estéticamente, nos sobrecogen; como nos ocurre, por ejemplo, al situarnos frente a la tela intitulada Esperanza entre hojarascas, ante la cual aspiramos, con inusitada fruición, ese fresco deleite primaveral que sólo puede brotar de una bien concebida obra artística.
Es éste —nuestro Rolando Mancebo— un artista de vasta experiencia pictórica, comprometido a cabalidad con el arte que tan delicadamente cultiva y realiza, y quienes lo conocemos bien sabemos que pinta con pasión y que se preocupa por ir dejando su impronta en cada una de las obras que produce, emitiendo a través de ellas coherentes mensajes visuales que se pueden seguir sin dificultad yendo de la una a la otra. Y si, tal y como desde antaño se dice, es cierto que la originalidad es el principal activo de un artista, podemos decir entonces, sin temor a equivocarnos jamás, que frente a Mancebo, estamos ante un pintor ciertamente original y bastante preocupado por hacer de ese oficio pictórico, que con tan sabia destreza ejecuta, uno de los más valorados y respetados.
Sucede que, en esta prestigiosa sala de arte, acompañado de Mancebo y de sus más recientes obras, vagamos y divagamos, completamente exaltados, por entre trabajos tales como: Sinfonía de la espera, Ofrenda y Reminiscencias; más luego nos sentimos muy felizmente aprisionado ante la certera ejecución de Como Jonás, algo más adelante, catárticamente liberado por la envolvente luz surgida de Ensoñación y, ya al final del recorrido visual que con él realizamos, quedamos ciertamente convencido del dominio de su arte al posarnos frente a obras tan artísticamente expresivas como: Alusión otoñal, Retahíla y Raíces. Y es que, en realidad, se hace preciso afirmar que, al deleitarnos con esta espléndida muestra pictórica, nos sentimos, más que complacidos, satisfechos ante sus bien previstos resultados visuales. En tal virtud, les invito, pues, queridos amigos, a disfrutar a plenitud de las agradables obras que componen la interesantísima exposición Obras Recientes.

Rodolfo de Jesús Cuevas
(Pintor y escritor), 15/05/2014.

miércoles, 23 de abril de 2014

EL FINAL DE LA CENSURA


EL FINAL DE LA CENSURA

La Palabra, ahora prisionera de la Censura, exclamó impotente: «Enclaustrada estoy y, por naturaleza, preciso de volar en libertad». La Libertad que, conmovida, escuchó tal grito, arengó a sus subalternos: «Vayamos y liberémosla», les dijo. Inmediatamente un tropel de guerreros, constituido por soldados de la Libertad, fue a liberar la prisionera. La Censura, recurrió entonces a sus más irritantes sortilegios. «Yugulen la libertad de expresión», ordenó a sus pretorianos. Mas una flecha, surgida con formidable precisión del arco de la Libertad, penetró el frágil talón de Aquiles de la Censura y se logró así liberar a la Palabra.


Autor: Rodolfo Cuevas©: 10/07/2012; 
todos los derechos reservados, ley 65-00.
P.D:


La Fundación César Egido Serrano convoca el IV Premio Internacional de Microrrelatos “Fundación César Egido Serrano”. Teniendo como premisa fundamental, el objetivo de la Fundación: “La palabra como vinculo de la humanidad, frente a toda violencia”, y la capacidad que la palabra tiene para unir a los pueblos, se convoca la IV Edición del concurso, bajo el lema: “Mandela: Palabra y Concordia”. Podéis enviar vuestros relatos a través de este link: http://www.museodelapalabra.com/es/concurso-de-microrrelatos/4-edicion/formulario-de-participacion 
Gracias por hacerlo.

viernes, 17 de enero de 2014

MI ZAHIR*

MI  ZAHIR*

Me he percatado de que, yo
—al igual que los árabes, Borges,
Coelho y muchos otros soñadores más—
también poseo un zahir (mi propio zahir).
Sí, y así, tal y como sucedió a ellos
en su debido momento, a mí también
me coge y me sobrecoge ese recuerdo
tan poderoso, incisivo y permanente
que, además de no permitirme ni tan
siquiera el acto de razonar correctamente,
menos me consiente el de poder dormir.
Y eres tú (erótico motivo de mi vivir,
que, totalmente, subyugas mi soñar,
mi pensar y hasta mi forma de sentir)
esa bella e invariable presencia
que, tornándose en intangible zahir,
se me ha vuelto inseparable
y, hasta cierto punto, inolvidable.
Sí, eres tú ese asiduo pensamiento
que se me ha trocado en ingénito
y no consigo olvidarlo ni obviarlo,                
por más que eclipsarlo intento.
En fin, tú, señora de mis sueños imposibles,
eres ese dulce y afable tormento de mi existir,
que, sin buscarlo, quererlo, ni pretenderlo yo,
se ha convertido en el ingente zahir de mi vivir
que hoy, adueñándose de mi forma de pensar,
no me permite soñar ni, mucho menos, dormir.

Autor: Rodolfo Cuevas©: 13/11/2009;
derechos reservados, Ley 65-00.


*Según el escritor Jorge Luis Borges, la idea del Zahir procede de la tradición islámica, y se estima que surgió en torno al siglo XVIII. En árabe Zahir significa visible, presente, incapaz de pasar desapercibido. Se aplica a algo o alguien con el que, una vez entramos en contacto, acaba ocupando poco a poco nuestro pensamiento, hasta que ya no somos capaces de concentrarnos en nada más. Y, a eso, se puede considerar como santidad o locura.