PENÉLOPE Y SU VANA
ESPERA
Dedicado a todas esas
modernas Penélope que esperan y esperan, sin
casar
ni amar jamás, a aquel amor que un buen día se fue a aventurar.
Penélope,
la fiel y bella Penélope, esperó
y
esperó vanamente, en tanto que, el astuto
rey
Odiseo, su tan esperado amor, gozaba,
aventuraba,
se divertía y reía sin parar.
Penélope,
se negó aun a disfrutar de la vida,
pues
se dedicó tan sólo a tejer y a esperar
y
a esperar a que su Odiseo resurgiera nueva vez
de
entre las siempre oscilantes espumas del mar
y,
mientras que ella tejía y esperaba y esperaba,
no
tenía un amor con quien poder disfrutar.
Penélope,
esperando fielmente a su Odiseo,
vio
los mejores años de su vida pasar,
así
como también, vio languidecer la plenitud
de
su belleza, de aquella hermosura tan sin par.
Penélope,
extravió así su lucidez espiritual
y
dejó resecar, sin obvia posibilidad de retorno,
la
sacra divinidad de su savia maternal.
Entonces,
sí que comprendió que, de ninguna
manera,
había valido la pena esperar…
Autor: Rodolfo
Cuevas©: 16/11/2011;
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