martes, 20 de mayo de 2014

NOTAS CRÍTICAS SOBRE LA EXPOSICIÓN PICTÓRICA OBRAS RECIENTES DE LOS MAESTROS RUBÉN GONZA Y ROLANDO MANCEBO

NOTAS CRÍTICAS SOBRE LA EXPOSICIÓN PICTÓRICA 
OBRAS RECIENTES, DE LOS MAESTROS RUBÉN GONZA 
Y ROLANDO MANCEBO, EXPUESTA EN EL COLEGIO 
DE ARTISTAS PLÁSTICOS (CODAP), CALLE EL CONDE 
ESQ. ISABEL LA CATÓLICA; ZONA COLONIAL
DEL 15 DE MAYO AL 15 DE JUNIO 2014


Rubén Gonza, Obras Recientes


El arte, como el vino que mejora con el tiempo, es un oficio en que se precisa de experiencia y Rubén Gonza es un consagrado a él, por eso su calidad y prestigio aumentan cónsono a su entrega y dedicación. Y si —a propósito de tiempo— analizamos aquí aquella frase en que Wassily Kandinsky argüía que «el arte va más allá de su tiempo y lleva en él parte del futuro», entonces deberíamos enfocar, con criterios de catadores entusiastas, el policromo porvenir que, henchido de cálidos y multicoloridos matices, nos brinda, en los impresionantes trabajos de su muestra Obras Recientes, este virtuoso creador de auténticas poesías visuales.
Sí, porque eso es, precisamente, lo que acostumbra a plasmar Rubén Gonza en sus lienzos: genuinos poemas visuales. Y es a esas poéticas sensorialidades —que de forma natural emergen de entre la colorida luminiscencia de su paleta— que él nos ha habituado. Es decir, con su original estilo pictórico, Rubén, nos tiene acostumbrado ya a disfrutar de esa luz vigorosa que emerge con impetuosa voluptuosidad de cada uno de sus bien pensados trazos. Habituado nos tiene, pues, a aspirar esa ubérrima calidez que surge del entorno existencial en que él mismo vive, se desenvuelve y… hasta… pinta. Y es que, ciertamente, Rubén Gonza, nos ha guiado siempre a respirar ese tórrido e irresistible entorno ambiental en que nos muestra flores, frutas, forestas, florestas, mercados, marchantas, niños y demás entes sociales envueltos en la diaria cotidianidad de su vivir. Y, en esta ocasión, gracias a la cultivada maestría de su oficio, Gonza, no nos decepciona; pues aquí, en Obras Recientes, él mantiene completamente intacta la regia calidad, calidez y movilidad de su arte y, lo que es aún mejor, las incrementa, pues cada vez se aprecia mucho más luz, color y movimiento en sus pinturas.
Con esta muestra, Gonza, ha superado sus anteriores exposiciones: Color y movimientos, Ambiente tropical, Cotidianidades, Muchedumbre e Impresiones, pues en ésta, no tan sólo nos impacta y sobrecoge desde un principio, sino que también nos aprehende en esa vegetal maraña tropical que construye en cada uno de sus lienzos. En los cuales percibimos que, con suma habilidad pictórica, el artista opta por brindarnos esos regios primeros planos compuestos de primaverales figuraciones medioambientales en donde se destacan, de forma extraordinaria, esas luminosas gamas tonales propias de la feraz campiña dominicana, como vemos sucede en obras tales como: Salida del Sol, Mañana soleada y Sol y viento, ante las que nos confrontamos con gráciles reverberaciones forjadas por el intenso fulgor del astro rey sobre la vegetación circundante.
Estos fabulosos close-up o primeros planos medioambientales, son trabajados a conciencia por Rubén Gonza con la magistral destreza con que un excelente orfebre teje y entreteje cada una de sus delicadas joyas, cuestión ésta que podemos apreciar con nitidez en lienzos tales como: Paisaje con hoja de plátano, Hojas de matorrales con plátano y Huerto. Y es allí, amigos —en el manejo taumatúrgico que él confiere a esa preciosa orfebrería visual—, en donde anida la razón única por la cual todos nos quedamos hoy agradablemente deslumbrados al visualizar el novedoso sendero pictórico hacia el cual este superbo artista de la luz, del dibujo y del color ha hecho evolucionar su impronta. Desde antaño, se dice que una imagen vale más que mil palabras, lo cual nos indica que con el solo hecho de posar nuestras anhelantes miradas sobre obras tan bellas e impresionantes como: Floresta, Verano, Primavera y Paisaje baldío estaremos comprendiendo, y confirmando aún mejor, todo eso que aquí hemos señalado. Así que, sin una palabra más que añadir, señores, disfrutemos, pues, con exquisita delectación, de las más recientes obras expuestas aquí por el maestro Gonza.
Rodolfo de Jesús Cuevas
(Pintor y escritor), 15/05/ 2014.

Rolando Mancebo, Obras Recientes



Pintar es, sin lugar a dudas,  un profundo  acto de introspección personal y es por medio de ésta que el artista logra penetrar en sí mismo a fin de poder hollar en su interior hasta conseguir aquella veta áurea que, luego de ser trabajada a conciencia, le permitirá, cual si fuera él un minero del arte, plasmar sobre las vírgenes superficies de sus telas el conjunto de sus más obsesionantes ideas. En tal virtud, el hacedor de arte se propone —lo mismo que un concertista a través de su musical instrumento— expresar y comunicar sus ideas a partir de trazos y pinceladas que, poco a poco, se transforman en una singular sonata (sea ésta lírica o poética) conceptualmente formulada.
Por tal motivo, el placentero hecho de detenerse a observar una por una las obras que, en esta ocasión, nos presenta el artista plástico Rolando Mancebo en su exposición Obras Recientes, es cuasi similar a asistir a un bien estructurado concierto sinfónico, magistralmente ejecutado por una banda de inmejorables músicos, esto con la sutil diferencia que, en vez de escuchar los arpégicos sonidos que de tal armonía emergen, percibiremos, en cambio, el extraordinario torrente visual que, a través de un limpio y bien aplicado colorido, tal artista ha logrado entretejer en cada una de sus impresionantes pinturas. Dicho asunto nos permitirá que, provenientes de los matices visuales que brotan de entre sus bien trabajado lienzos, podamos disfrutar, de esas pictóricas partituras que, muy estéticamente, nos sobrecogen; como nos ocurre, por ejemplo, al situarnos frente a la tela intitulada Esperanza entre hojarascas, ante la cual aspiramos, con inusitada fruición, ese fresco deleite primaveral que sólo puede brotar de una bien concebida obra artística.
Es éste —nuestro Rolando Mancebo— un artista de vasta experiencia pictórica, comprometido a cabalidad con el arte que tan delicadamente cultiva y realiza, y quienes lo conocemos bien sabemos que pinta con pasión y que se preocupa por ir dejando su impronta en cada una de las obras que produce, emitiendo a través de ellas coherentes mensajes visuales que se pueden seguir sin dificultad yendo de la una a la otra. Y si, tal y como desde antaño se dice, es cierto que la originalidad es el principal activo de un artista, podemos decir entonces, sin temor a equivocarnos jamás, que frente a Mancebo, estamos ante un pintor ciertamente original y bastante preocupado por hacer de ese oficio pictórico, que con tan sabia destreza ejecuta, uno de los más valorados y respetados.
Sucede que, en esta prestigiosa sala de arte, acompañado de Mancebo y de sus más recientes obras, vagamos y divagamos, completamente exaltados, por entre trabajos tales como: Sinfonía de la espera, Ofrenda y Reminiscencias; más luego nos sentimos muy felizmente aprisionado ante la certera ejecución de Como Jonás, algo más adelante, catárticamente liberado por la envolvente luz surgida de Ensoñación y, ya al final del recorrido visual que con él realizamos, quedamos ciertamente convencido del dominio de su arte al posarnos frente a obras tan artísticamente expresivas como: Alusión otoñal, Retahíla y Raíces. Y es que, en realidad, se hace preciso afirmar que, al deleitarnos con esta espléndida muestra pictórica, nos sentimos, más que complacidos, satisfechos ante sus bien previstos resultados visuales. En tal virtud, les invito, pues, queridos amigos, a disfrutar a plenitud de las agradables obras que componen la interesantísima exposición Obras Recientes.

Rodolfo de Jesús Cuevas
(Pintor y escritor), 15/05/2014.