BREVE RESEÑA SOBRE EL JOVEN Y EL SHAMÁN
Jóvenes universitarios, que de manera literaria la
analizan, han tenido a bien solicitarme un punto de vista o reseña sobre mi
obra EL JOVEN Y EL SHAMÁN, ENCUENTRO DE
GENERACIONES, así que, apremiado por tal pedimento, doy a luz a las
siguientes observaciones.
Un Shamán fue, es y será siempre el ser más ducho, solidario, preocupado y, por ende, comprometido para con
el medioambiente, entorno y prójimos en toda sociedad en que habite o se
desenvuelva; por tanto, no importando que lidere a una familia, un clan, una
tribu, una ciudad, un Estado o, bien, una potencia económica, científica o
militar, él se preocupará por ser siempre el más sabio e instruido de todos. Por
tal razón, decimos de éste: «…un Shamán no es más que un estudioso, un lector
voraz e insaciable que a fuerza de mucha lectura, entrenamientos e
investigaciones se transforma en un ser culto y legendario…» Y, en cuanto al
joven se refiere (como coprotagonista de la obra que es) sabemos que éste pertenece
a una especie sedienta de conocimiento y que, en tal virtud —como una esponja—,
absuelve todo (sea esto bueno o malo) lo que a sus pasos encuentra; pues un joven
no es más que una entidad en plena formación. En fin, tales personajes (un
sabio y un joven) son, pues, los actores principales de la reseñada obra.
Ahora bien, literariamente hablando, EL JOVEN Y EL SHAMÁN, ENCUENTRO DE
GENERACIONES, no es más que un relato en el cual se narra el extraño e
inesperado encuentro entre un joven (apasionado por los estudios, la lectura de
todo lo que cae entre sus manos y, en fin, todo el global conocimiento) y un
Shamán o sabio que lo atrae hacia él con la sana intención de transmitirle
parte de su saber en la breve conversación que, en el ambiente literario
esbozado en las páginas del libro, ellos sostienen.
El joven, como es obvio, se siente, en principio,
atribulado por la forma en que es atraído hacia aquel sapiente ser, mas al ser
informado por éste de que tan sólo estará allí, junto a él, por muy breves instantes, organiza de manera
correcta y coherente sus innumerables preguntas e inicia con el luminiscente
erudito un diálogo que lo lleva a atravesar varios de los más apasionantes estadios
de la historia universal. En tal virtud, nos encontramos allí con jefes
tribales, sabios universales, gobernantes, artistas, religiosos, grandes
pensadores… magnos oradores… y hasta con héroes, guerreros, dioses y semidioses nos confrontamos…
todos ellos envueltos en una charla amena, filosófica y muy enriquecedora para
el espíritu humano.
El propósito de la plática, por ellos sostenida en
dicha obra, tiene como objetivo principal hacer notar a los jóvenes lectores que
lo más importante que posee el ser humano es el conocimiento, más aún el
CONOCIMIENTO SOLIDARIO, que es, en fin, el que ha llevado a la creativa humanidad
a obtener esos grandes avances que merecen ser loados, admirados y apreciados por
todos. En tal virtud allí, en EL JOVEN Y
EL SHAMÁN, ENCUENTRO DE GENERACIONES,
hablamos de poesía, de historia, de arte, de política, de ciencia, de medioambiente y de
todo aquello que interese a los seres humanos solidarios y bondadosos para con
la sana cohabitación y permanencia de sus prójimos y entorno.
En fin, en EL
JOVEN Y EL SHAMÁN, ENCUENTRO DE GENERACIONES nos esforzamos y preocupamos
por resaltar esos valores que han hecho de los sabios que nos han antecedido el
mejor activo que poseemos, pues se dice que “el conocimiento es poder” y eso,
PODER, es lo que ellos nos han legado a través de su fructífera existencia.
También, procuramos resaltar allí las bondades de la SOBRIEDAD y la
dedicación e importancia que posee el crear una humanidad más culta y
respetuosa para con la naturaleza y la vida misma.
Como vemos, el objetivo principal de dicha obra es servir
de guía u orientación a todos aquellos jóvenes que sueñan con alcanzar las
metas que, muy de antemano, se han propuesto. A ellos, que son los propietarios
del futuro, les predicamos que no es imposible triunfar, y a aquéllos que se
sienten arrodillados o vencidos por su trivial existencia, le mostramos —a
través de sus páginas y palabras— que es posible regenerarse y vivir una vida
sana y saludable, libre de vicios, vanidades y banalidades que no conducen a
ninguna parte.
En conclusión, apreciados amigos, en EL JOVEN Y EL SHAMÁN, ENCUENTRO DE
GENERACIONES, acompañados por un sinnúmero de inmensos pensadores, instamos
e invitamos a todos (sean viejos, jóvenes, adolescentes o niños) a ponerse del lado de los
mejores intereses de la humanidad, loando e imitando así los esfuerzos y
aportes hechos por los shamanes a través de los siglos e ignorando y superando,
con la bondad, la solidaridad y la hermandad como lanzas en ristre, las grandes maldades hechas
por los siempre protervos antishamanes. En tal sentido, «…no olvidemos jamás
que el mundo es una entidad benéfica que algunos malos seres humanos pretenden
trocar en maléfica y que nuestro sagrado deber es sacar a los malos de su
terrible error y traerlos a morar entre los buenos… pues, tal, es la única
forma de poder curar al planeta de la maldad y llevarlo a vivir en la bondad.»
Esto, esencialmente, es todo cuanto proponemos en EL JOVEN Y EL SHAMÁN, ENCUENTRO DE
GENERACIONES: una humanidad solidaria, mucho más consciente de su rol y saludablemente regenerada, y todos juntos, hombro con
hombro, debemos esforzarnos por erigirla.
Así que, muy estimados amigos, desde lo más profundo
de mi alma les digo: muchas gracias a todos.
Rodolfo de Jesús Cuevas,
08/11/2015, Santo Domingo, R.D.