jueves, 22 de agosto de 2013

¿CÓMO MOSCA O CÓMO ABEJA?



¿CÓMO MOSCA O CÓMO ABEJA?
En algún momento de su vida, el alumno oyó decir a su venerado maestro: «Existen personas que poseen las nefandas características de las moscas, en tanto que otras se destacan por poseer las muy benéficas de las abejas…»
«¿Cómo así, señor?», inquirió el discípulo, en vista de que no acertó a comprender nada.
«Sucede, joven amigo, que las moscas, ataviadas siempre con sus luctuosos trajes, se levantan al alba y se dedican a hurgar en todos los vertederos, llagas, heridas y cadáveres putrefactos que hallan a sus pasos; dedicándose así a recolectar bacterias y muchísimos otros males que luego depositan en los alimentos y bebidas de los demás seres vivos… Si te fijas bien, percibirás que muchas personas imitan en su accionar a tales insectos, más aún cuando dedican sus vidas al chisme y a la maldad en sentido general. En cambio, otras, que son como las abejas, muy orondas, multicoloridas y felices, se levantan con las primeras pinceladas dadas por la luminosa aurora sobre la faz del planeta, y luego se dedican a laborar intensamente. Y van así de flor en flor y de rosa en rosa extrayendo de éstas el néctar necesario para producir la miel que endulzará la vida a aquellos que las rodean, a la vez que, con tal acción polinizan las plantas y hacen ver la tierra más bella y productiva que nunca… Como es obvio deducir, dichos seres son las personas  de buena voluntad, que, al endulzar y alimentar la vida, hacen posible una existencia mucho más benéfica para todos los demás.»
El joven discípulo, luego de escuchar muy atentamente, utilizó (a fin de poder extraer la moraleja contenida en aquel parabólico mensaje), el sentido común —que, según se dice, es el más común de los sentidos— y comprendió a la perfección que, en realidad, se debe vivir una vida de acción benéfica y productiva en favor de los demás (tal cual lo hacen las abejas) y no una vida inmersas en daños, podredumbres y maldades (tal y como ocurre con la de las moscas). En tal virtud, observando muy sonriente al maestro, se dijo para sí: “Es muy cierto, se impone vivir una vida dulce, beneficiosa y productiva, como la de las útiles abejas, y no una amarga, dañina y maliciosa, como la de las inútiles moscas”.
Autor: Rodolfo de Jesús Cuevas©:10/08/2013;
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