¿CÓMO
MOSCA O CÓMO ABEJA?
En algún
momento de su vida, el alumno oyó decir a su venerado maestro: «Existen
personas que poseen las nefandas características de las moscas, en tanto que
otras se destacan por poseer las muy benéficas de las abejas…»
«¿Cómo así,
señor?», inquirió el discípulo, en vista de que no acertó a comprender nada.
«Sucede, joven
amigo, que las moscas, ataviadas siempre con sus luctuosos trajes, se levantan
al alba y se dedican a hurgar en todos los vertederos, llagas, heridas y cadáveres
putrefactos que hallan a sus pasos; dedicándose así a recolectar bacterias y
muchísimos otros males que luego depositan en los alimentos y bebidas de los
demás seres vivos… Si te fijas bien, percibirás que muchas personas imitan en
su accionar a tales insectos, más aún cuando dedican sus vidas al chisme y a la
maldad en sentido general. En cambio, otras, que son como las abejas, muy orondas,
multicoloridas y felices, se levantan con las primeras pinceladas dadas por la
luminosa aurora sobre la faz del planeta, y luego se dedican a laborar
intensamente. Y van así de flor en flor y de rosa en rosa extrayendo de éstas
el néctar necesario para producir la miel que endulzará la vida a aquellos que
las rodean, a la vez que, con tal acción polinizan las plantas y hacen ver la
tierra más bella y productiva que nunca… Como es obvio deducir, dichos seres son
las personas de buena voluntad, que, al
endulzar y alimentar la vida, hacen posible una existencia mucho más benéfica
para todos los demás.»
El joven discípulo,
luego de escuchar muy atentamente, utilizó (a fin de poder extraer la moraleja
contenida en aquel parabólico mensaje), el sentido común —que, según se dice,
es el más común de los sentidos— y comprendió a la perfección que, en realidad,
se debe vivir una vida de acción benéfica y productiva en favor de los demás
(tal cual lo hacen las abejas) y no una vida inmersas en daños, podredumbres y
maldades (tal y como ocurre con la de las moscas). En tal virtud, observando
muy sonriente al maestro, se dijo para sí: “Es muy cierto, se impone vivir una
vida dulce, beneficiosa y productiva, como la de las útiles abejas, y no una
amarga, dañina y maliciosa, como la de las inútiles moscas”.
Autor: Rodolfo
de Jesús Cuevas©:10/08/2013;
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